HALF JAPANESE

BONE HEAD (1997)

Superado el primer arreón laboral post-festival y el cansancio atroz, saco por fin un hueco para recobrar la normalidad en este humilde espacio cibernético, pero lo hago, sin ánimo de seguir dando la brasa con lo acontecido estos días, con una excusa relacionada con el tema, para así tener una idea de que ir poniendo. La historia es que haciendo un juego de palabras con el que fue el quinto disco en la discografía de Low, 'Thing we lost in the fire' y a su vez con el título de la recomendable película que en su día protagonizaron Halle Berry y Benicio Del Toro, voy a titular esta serie de discos que tengo pensado postear en lo que queda de esta semana y parte de la que viene, 'Cosas que me perdí junto al mar', ya que a causa de la inevitable coincidencia de horarios, repasando ayer lo que vi, he notado que casi se puede decir que tuve que 'sacrificar' más directos de los que pude gozar. Muchas fueron las bandas que tenía ganas de ver y se quedaron en el olvido y por eso quiero disfrutarlas ahora, desde el punto de vista de la nostalgia y tratando de no martirizarme por el hecho de quizás era la última oportunidad para verlas. Mucho antes de saber el programa concreto, es decir, como quedarían compuestas las actuaciones, tenía marcado a fuego ver a esta sensacional e ilustre formación de Ann Arbor (Michigan). Solo había puesto la condición de que no coincidieran con alguien que me quitara de verdad el sueño, que fuera obligado ir a ver y grande fue mi decepción cuando vi que los habían programado casi a la misma hora que The National. Zanjé el dilema, viendo a los de Matt Berninger, pero me quedó el regusto amargo de no haber visto a un grupo imprescindible en la historia del indie-rock más underground, aquel del que un día el mismísimo Kurt Cobain (quién por cierto llevaba puesta una camiseta de Half Japanese cuando se quitó la vida) dijo 'Me gusta escuchar Jad Fair (líder de la banda) y Half Japanese con auriculares, mientras voy caminando por un centro comercial, justo en el corazón de la cultura americana. Estoy seguro de que si la gente pudiera escuchar esta música ahora mismo se desharían, no sabrían que hacer, empezarían a derribar las paredes buscando hiperventilarse' y por el que otros míticos como Teenage Fanclub y Yo La Tengo se bebían los mares hasta el punto de comenzar sus carreras bajo el influjo de su influencia. Muchos años llevaban sin actividad, pero muchos fueron también los que se mantuvieron en ese segundo plano en el que tan cómodos se sentían, nada menos que veintiuno, plagados de álbumes, tantos como trece largos, tres directos y siete Ep's, derrochando su post punk-rock de corte experimental. Quizás los trabajos de Jad Fair en solitario (incluidas sus colaboraciones con las dos sublimes bandas que he mencionado antes, The Pastels y el gran Daniel Johnston) alcanzaron más nombre, pero la trayectoria de Half Japanese es impecable, haciendo siempre lo que les vino en gana y sacando a relucir su carácter transgresor, sobretodo por ese característico sonido de guitarra desafinada que con el tiempo creó escuela. De ello decía con una buena dosis de humor que 'el único acorde que conozco es se hace para conectar la guitarra al amplificador', y eso resume el sentir de esta fabulosa banda, de la que he elegido para hoy el que fue su decimoprimer disco de larga duración, 'Bone head', más de lo mismo respecto a sus antecesores pero dando en el clavo una vez más con sus surrealistas letras sobre amor adolescente, monstruos, películas de ciencia ficción e historias sobrenaturales, con ese desgarrador empaque sonoro tan personal. Recomiendo da un repaso a esta joya a todo aquel que no haya llegado a ellos y a todo aquel que le apetezca rememorar viejos tiempos, aquellos donde sus guitarras crujían en plena eclosión grunge como demuestran cortes tan inspirados como "Monkey hand", algo así como un cruce entre Mudhoney y The Velvet Underground, "A night like this", más accesible y radiante de actitud, "Zombie eyes", eslabón referencial para un generación venidera, "Song of joy", melodías supremas en sus notas para una canción que vendría a suponer la versión irreverente de lo que hacían los geniales Felt, "Do it", ese entrañable gamberrismo noise que entra directo al gaznate, "Rhumba", ecléctica y nerviosa, investigando en retroceso de sus propios pasos con ritmos esquizofrénicos y gritos atropellados, "Intergalactic aliens", puro punk aclerado que les emparenta directamente con esa pedazo de banda infravalorada llamada Some Velvet Sidewalk y que esclarece el hecho de que Jello Biafra de Dead Kennedys les contratara para publicar este disco bajo el amparo de su sello, Alternative Tentacles (esta discográfica también tiene en nómina a Slim Cessna's Auto Club y a Munly & The Lee Lewis Harlots), "Somehow i knew", donde Jad mas que cantar parece recitar un manifiesto al compás de una batería atronadora y unas guitarras hirientes de las que a buen seguro tomaron nota bandas como Shellac, "Now i know", pegadiza e incansable en su desarrollo, y lo mejor para el final con esas tres pedazo de piezas tan distintas entre sí, pero tan efectivas en su intención de dejar un grato sabor de boca, "Song of Joy" (en una versión distinta que solo respeta el texto original), "Futuristics lovers" y "Movin' on up" que nos hacen pensar por momentos que Half Japanese fue la banda que pudo reinar, como bien reza en su título el documental que hizo sobre ellos en el 93' Jeff Feuerzeig, el mismo que alcanzó el reconocimiento con el maravilloso 'The devil and Daniel Johnston'. Jad y su hermano David Fair, John Slugget, Gilles Reider, Jay Spiegel, Jason Willett, Howard Wuelfing y Don Fleming formaron parte de este proyecto.